Tras cuatro días de marchas, la oposición de varios partidos políticos y de varios sectores de la sociedad, el presidente Iván Duque anunció el domingo, que retiraría la Reforma Tributaria que radicó hace unas semanas ante el Congreso. El cuestionamiento es: ¿Cuál es el camino para estructurar y aprobar un nuevo proyecto de reforma?

Uno de los retos principales es que el trámite es en una carrera contra el tiempo. Cabe recordar que la reforma que se había presentado ante el Congreso, iba con mensaje de urgencia, por lo que el proyecto no pasaría por cuatro, sino dos debates para acelerar el proceso, y así lograr que el proyecto quedara aprobado antes de que se acabe esta legislatura, el 20 de junio de este año.

Para esto ya habían quedado los ponentes y coordinadores del proyecto elegidos, quienes estaban encargados de presentar unas propuestas, con los cambios que se hicieron desde las bancadas. Luego de ese proceso empezarían los debates para aprobar, modificar o rechazar los artículos del proyecto de ley. Ese proceso se tiene que surtir de nuevo con un nuevo articulado.

Con el retiro completo del documento de la Reforma Tributaria, el Gobierno tiene que avanzar en conversaciones con los partidos políticos para presentar un nuevo proyecto de ley, que surta también un proceso acelerado para ser aprobado. Para esto, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, debe presentar una carta de retiro de la iniciativa y desde las comisiones económicas la deben aprobar para que el documento sea dado de baja formalmente. 

LA NUEVA REFORMA

La tarea que le queda al Gobierno es la de conseguir recursos para poder reducir la deuda y financiar el paquete social que había planteado en la reforma que se cayó, y con el que buscaban reducir la pobreza monetaria en 2,8 puntos porcentuales, lo que equivale a que 1,3 millones de personas no caigan en condición de pobreza.

La propuesta inicial de la Reforma Tributaria, buscaba recaudar $28 billones, de los cuales se descontaban $4,6 billones del Sistema General de Participaciones y que finalmente tendría disponibles $23,6 billones, los cuales serían destinados en buena parte a programas sociales, pues $4,6 billones serían para Ingreso solidario, $1,8 billones para la compensación del IVA, y $0,8 billones para las matrículas gratuitas, promoción de empleo y un impulso a la cultura.

Las cuentas del recaudo habían quedado enfocadas en los impuestos a personas naturales ($17 billones), la eliminación de exenciones de IVA ($7 billones) y tributos a empresas ($3,7 billones). Según lo mencionado por el presidente el viernes pasado, de dejar quietos los cambios de IVA y no ampliar la base gravable del impuesto de renta a personas naturales se recortaban entre $10 y $13 billones, que tendrán que conseguir de otras fuentes.

Aunque todavía no se sabe con precisión cuáles serían las nuevas fuentes de recaudo, en el anuncio que hizo Duque este domingo, manifestó que en los últimos días ha dialogado con representantes de los partidos políticos, la sociedad civil, alcaldes y gobernadores, y líderes del sector empresarial, quienes han aportado ideas para lograr conseguir recursos sin afectar la clase media, ni las familias más pobres y vulnerables. “El principio de la propuesta es que los de mayor ingreso contribuyen solidariamente con los más vulnerables”, señaló.

Entre las propuestas que suenan para el nuevo articulado están las de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), el Consejo Gremial Nacional y las de los partidos políticos, que también coinciden en algunos puntos con las de los empresarios.

Según el mandatario, algunas ideas son una sobretasa de renta temporal a empresas;, prorrogar el impuesto al patrimonio de forma temporal, incrementar el impuesto a los dividendos transitoriamente, aplicar una sobretasa de renta a las personas de mayores ingresos, y profundizar el programa de austeridad del Estado.

LO QUE VIENE

Ante la noticia, expertos alertaron que lo clave será que la reforma que se apruebe asegure la sostenibilidad de las finanzas públicas, y que sea una que solucione problemas de fondo para no tener que hacer otra en año y medio. 

Mauricio Santamaría, presidente de la Asociación de Instituciones Financieras (Anif), dijo que aunque al proyecto inicial se le podían ajustar cosas, era una buena propuesta que solucionaba problemas estructurales y seguía algunas recomendaciones de expertos, Anif y Fedesarrollo.

“Lo que va a pasar es que dentro de un año, cuando entre el nuevo Gobierno, es que le va tocar tramitar otra reforma porque va a encontrar que tiene un problema fiscal serio, y que seguimos con los líos de siempre. Lo que quiere decir que, van a hacer una reformita con la que se tapen algunos huecos, pero las medidas que ya anunciaron son bastante malas y son una profundización de lo malo que tiene el estatuto tributario”.

Por otra parte, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, puso sobre la mesa algunas ideas para la nueva tributaria. Para las personas jurídicas, planteó eliminar las exenciones sectoriales, el descuento de ICA, y crear una sobretasa temporal de impuesto de renta.

Para el caso de las personas, el director del centro de estudios propuso limitar los descuentos de renta, aumentar las tarifas para personas que ganen más de $15 millones al mes. Asimismo, dijo que será clave hacer un recorte del gasto e implementar más medidas antievasión y antielusión.

Ahora bien, mientras el Gobierno logra consensos entre los distintos sectores de la sociedad, las calificadoras de riesgo estarán atentas a las movidas que aseguren una sostenibilidad fiscal, y así evitar que el país tenga una rebaja de su nota.

A esto se le suma la urgencia de asegurar el paquete social y evitar que más personas caigan en la pobreza, como lo han alertado varios analistas y el mismo Gobierno.

Tomado de: https://www.portafolio.co/economia/